Al término de un partido ante Racing en el año 2008, en el que Boca se consagró campeón del Apertura, Román se dirigió hacia los hinchas xeneizes, que festejaban la obtención del título.
Allí, el público boquense coreó a todo pulmón "Yo soy bostero, es un sentimiento, no puedo parar". Entonces, el 10 de Boca, con su hijo a los hombros, se unió al cántico.
Román, pieza fundamental para aquel campeonato que conquistaba el Xeneize, fue uno con el hincha aquella noche y, a pura sonrisa, se puso en su lugar al corear la pasión que los unía: la pasión por Boca.
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