18 jun 2014

¿Por qué será?

Sabés, yo a veces me pregunto por qué es que Boca significa tanto para mí. Más allá de todo, más allá de todo lo que siento, trato de buscarle un significado racional al asunto. Me encuentro en un limbo en el cual no puedo pisar profundo y decidir en concreto por qué lado debo inclinarme, si por la pasividad y la aceptación de lo indescriptible, o el empeño y la terquedad de saber qué es.
Bien. Sé lo que es, y sin embargo, no sé cómo describirlo. Lo sé porque lo siento, y lo siento porque soy hincha de Boca, por lo cual podríamos decir que todo hincha de Boca sabe de lo que le hablo. Cuando de explicar lo que ser bostero conlleva se trata, nos parece absurdo el palabrerío infinito que la humanidad creó. No nos sirve. Las palabras son solo otro invento humano. Y alguno dirá que Boca también es un invento humano, y si bien lo es, nadie puede explicar a ciencia cierta el fenómeno que se expresa en las tribunas los domingos en la Bombonera. Qué es lo que nos hace gritar amor aún en el fuego, lo que nos hace gritar calor aún en el hielo. ¿Quién puede decirnos lo que realmente nos sucede?
Desistimos siempre, y lo hago yo nuevamente. El trabajo que tratamos de realizar con el afán de darle un sentido a lo inenarrable es inexorable, y de las comisuras de lo inexplicable no avanza. Nos contentamos con sentirlo. Y cuando nos damos cuenta de lo que somos en ese momento, no le damos más vueltas a la cosa: saber qué es, eso es lo único que importa, y no plasmarlo en el ambiente humano con frías palabras y meros términos. Eso no tiene relevancia. Porque cada uno somos otra cosa. Diferentes. Pero concordamos en algo, que es esencial para nuestras vidas: el bosterismo. Sí. Es ese término el que saco de la galera con la intención de dejar de lado todo aquel embrollo de palabras que, sin embargo, explicaría lo mismo que esa sola. Nada más importa; solo Boca. El fulgor, la adrenalina, la sensación de invencibilidad. El éxtasis permitido, la euforia inconmesurable, el fuego del alma. No importa lo que es; solo importa que existe. Y que lo vivimos. Porque, como dice la canción: "¿Por qué será, que te sigo a todas partes, campeón? ¿Por qué será, que no puedo vivir sin vos?". Esa es la pregunta que nos formulamos. Y, como respuesta, se escucha el verso: "Carnaval toda la vida, el Xeneize es la pasión, si no te veo se me parte el corazón". Sin nada jugado. Solo lo que sabemos.

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