Como seguramente sabrá cualquiera que deambule con exitación en el mundo futbolístico, Enzo Francescoli, flamante ídolo de River, deseó: Ojalá que la gente de River reciba a Ramón como lo recibieron a Bianchi en Boca. Y esto es un asunto un tanto... intrigante. Porque estamos acostumbrados a que jugadores de River admitan la admiración que sienten por la fiesta que hace todos los domingos El Jugador Número 12, y a que confiesen que se sienten presionados por los silbidos e insultos de los emplumados en las tribunas. Pero de ahí a que lo diga un ídolo gallinezco como lo es Francescoli, sin dudas la cuestión da para más.
Los jugadores de River se viven quejando de los gritos de furia de los hinchas gallinas, y suplican misericordia, piden que tengan un poco más de comprensión y sepan alentar como lo hacen los bosteros. Nosotros, los hinchas de Boca, mientras tanto preparamos la fiesta para recibir a nuestro club, y cuando éste sale a la cancha el amor que le profesamos a nuestro Xeneize es abismal. Una clara evidencia que vale destacar.
La foto de arriba fue tomada del Diario Olé, que curiosamente tuvo la osadía de compartir lo anunciado por Oscar Ahumada, entonces jugador de River, tras el partido ante San Lorenzo que dio origen a la expresión que se le asigna al hincha gallina hasta hoy: Silencio Atroz. Lo curioso de que Olé haya capturado esto radica en el empeño por hacer parecer a River por encima de Boca, dado que su director es gallina.
Ahumada, después de haber caído ante San Lorenzo con la camiseta de River, espetó con enojo: "En el 2-1 con San Lorenzo, el silencio de los hinchas de River fue atroz. Y yo jugué con la camiseta de River en La Boca, y ganando 2-0, la gente de Boca se nos caía encima", soltó el jugador, furioso.
En la imágen de arriba podemos apreciar a Ramón soltando toda la bronca que se le acumuló. En esa fecha el conjunto Descendido había perdido contra Estudiantes BA por la Copa Argentina 2013. Quizá lo recuerden: iban perdiendo 1-0 y Ramón tuvo que levantarse de su asiento para pedirle a los hinchas de River que dejen de insultar a los jugadores. Después del partido que terminó en derrota, el riojano se descargó: "Necesitábamos aliento, no insultos", escupió en conferencia de prensa. Otro claro ejemplo de falta de apoyo por parte del hincha riverplatense.
Y, ahora, esto:
Me parece que no hace falta decir nada más...
De cualquier modo, el jugador que tuvo la oportunidad de vestir la camiseta de River y jugó en La Bombonera sabe diferenciar entre la verdadera grandeza y la fantaseada grandeza. River sueña con ser grande, pero después de no haber ganado nada hace tanto, descender y que sus hinchas rompieran el estadio, lo prendieran fuego, le hayan pegado a un jugador, hayan insultado, tirado maíz y pañales, escupido, y tantas otras cosas más, después de todo esto River se hundió en su propia vergüenza. Y de ese pozo no puede salir más.
Comparemos, ahora, si bien no hace falta. En tanto que Ramón pide aliento y reprocha los insultos, Bianchi dice lo siguiente: "Para el hincha de Boca sólo tengo palabras de agradecimiento. Son unos incondicionales de Boca, que me quieren porque piensan que lo que yo haya será para hacerle mejor a Boca. Y ese apoyo me interesa, y me sirve para seguir adelante".
Bianchi agradece el aliento incondicional del hincha, pero no es el único. Jugadores como Gigliotti, Gago, Forlín, Perotti, Orión, y demás, se muestran ciertamente agradecidos con el apoyo y confiesan que con el aguante de la hinchada es mucho más fácil ganar, y siempre concluyen deseando poder devolverles al hincha tanto cariño y pasión.
Sin ir más lejos, Gago, hace algunos días después del partido ante Estudiantes, se mostró indiferente a la ovación que realizó el hincha por Bianchi. Y explicó: "Sinceramente, no me sorprendió la ovación. La gente de Boca tiene memoria. Ellos son así". Esto explica, de un modo más simple, la verdadera diferencia entre Boca y River.
Me parece que no hace falta ser muy inteligente para entender la diferencia. El que mira para otro lado no escapa de la deslumbrante realidad. Que sigan inventando y removiendo el pasado con la ilusión de encontrar algo para utilizar como argumento ante tanta grandeza, pero sinceramente, no sirve.
La diferencia entre Boca y River es evidente. Y no hay forma de negarla.
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que diferentes somos gallina amarga
ResponderBorrarRibe pley... que puto que soss!
ResponderBorrarMe gusta mucho este blog.
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