El fin de año llegó. El 2013 murió lentamente y, tras su paso, dejó tan sólo el recuerdo. Recuerdos grises, es cierto, pero como siempre trato de ver el vaso medio lleno y me quedo con los recuerdos relucientes. Entre ellos destaco el retorno del Virrey. Sí. Indudablemente, su vuelta encabeza mi listado de los acontecimientos más importantes que se desarrollaron en el año. Luego, el regreso de Riquelme, tras sus desconcertantes palabras post final Libertadores 2012.
También regresó Gago y el Cata, dos xeneizes queridos por la comunidad boquense. La solidez del Cata, y el cariño hacia los colores del zaguero, que queda en evidencia cuando, por ejemplo, se desespera cuando no llega a la pelota, le brinda un cierto aurora que lo hace ser querido. Al igual que Pintita que, a pesar de que las recurrentes lesiones le impidió disputar el torneo de manera fluida, demostró que su talento sigue intacto y que tiene un intelecto para jugar fútbol increíble.
Entre los encuentros memorables de este año, nos encontramos con el Superclásico en la Bombonera, que, si bien el partido fue tosco y burdo, la hinchada llenó ese espacio que había sembrado el pobre rendimiento futbolístico de ambos equipos. El Jugador Número 12, la hinchada, no la barra, hizo una descomunal fiesta y demostró que estuvo a la altura.
También se destaca el gol de Román a Corinthians, el entonces último campeón del mundo, que pateó desde afuera del área grande y colgó al arquero brasilero en Brasil. Un impecable golazo que tapó un par de bocas.
O sino, el último Superclásico hasta el momento, el gol de Gigliotti a River que silenció a sesenta mil gallinas. Tras el silencio atroz, y finalizado el encuentro, los jugadores se permitieron el lujo de cantar por todas esas gargantas que ese día no pudieron, dado que no se permitían visitantes. River, decíme qué se siente...
Como dije, este 2013 sembró recuerdos gratos y sombríos. Y los recuerdos sombríos hicieron traslucir la fidelidad de la hinchada que, a pesar de los malos resultados, se mantuvo siempre fiel y presente. Grande como pocos.
Este 2014, toda esa masa de locura bostera que alentó a pesar de todo, se merece una recompensa. Nos merecemos salir campeones, de la mano del Virrey, de Román, de Gago. Así, y sin más, les quiero desear un feliz Año Nuevo, y que este 2014 traiga consigo felicidad, alegría y, claro, gloria. Como diría el Virrey: Felicidades.
Twittear
feliz año nuevo xeneixes
ResponderBorrar