24 ago 2013

¡Por fin!

Empiezan a nacer sonrisas nuevamente, algunas muecas de preocupación insana, de preocupación envidiosa, pero sobre todo las sonrisas. Las sonrisas relucen más. El cielo se tiñe de azul y el sol brilla amarillo, porque hasta la naturaleza se viste de Boca para el acontecimiento que se le presenta por debajo de su resplandor. La multitud se arrima, al principio con timidez, luego con locura desencadenada de forma repentina, y empiezan los empujones para llegar al estadio... El grito empieza a descender de forma vertiginosa en una noche de estrellas sonrientes, 52 estrellas, 18 estrellas más grandes sobre todo. 

La multitud llega al estadio, esperando la batalla que se le cernirá ante sus ojos encolerizados. Empieza la expectación, y es que, habiendo esperado seis días de una semana eterna, la gente se empieza a impacientar de forma natural, como todos los fines de semana en que vuelve su soldado azul y oro a una guerra necesaria tanto para el hincha como para el club, cosa que se asimilan o se intervienen de forma directa, ya que el hincha es el club, y el club motiva al hincha. Los plateístas se sientan en sus respectivas butacas, con paciencia, pero son los de la popular los que desencadenan locura. Locura bostera. Y empiezan las sonrisas maníacas, las sonrisas de locos que esperan por el causante de su locura. Risitas nerviosas bañan la cancha, pero el soldado todavía no aparece, y la impaciencia se incrementa...


Seis días esperando este día. Seis días que a un enamorado se le hace seis años, y a un enamorado bostero, seis siglos. La cancha empieza a vibrar, con un inconfundible perfume de deleite. Empieza un rumor en toda la cancha, que baña las esquinas y completa el espacio interior vacío, lo hace llenarse con esa renovada ímpetu de amor incondicional y locura indeclinable, enamoramiento mutuo, del club al hincha y viceversa.

El rumor se incrementa. Los murmullos caen en el estadio. Entra el referí, charla con sus asistentes, pero nadie les presta atención, porque miran allá, a ese túnel que esconde un encanto inconfundible, necesario, oh, necesario de gran forma. Empiezan a levantarse todos, asemejándose a una ola de un mar azul dorado. La impaciencia que trataban de controlar empieza a desbordarse, todos gritan su nombre...

— ¡Boca! —es el grito exclamado al unísono.

La cancha empieza a latir. Se derriban las paredes que nos prohibían verlo, ver a nuestro soldado. Dentro del tunel se ve una figura, una figura que se divide en doce, figura que se divide en once guerreros y un señor rudimentario, con vestimenta formal, pelo blanco y sonrisa bondadosa, llena de historia. La hinchada ve ese bulto en el túnel, y empieza a gritar con renovado entusiasmo.


— ¡Boca! — La cancha se mueve, parece caerse de su inmensidad, parece venirse abajo. —¡Boca! —gritan los locos desde las tribunas...

Y este grito se confunde en un aullido de alegría cuando el soldado pisa la cancha. Vestido de sus tradicionales azul y oro, besa el verde césped, va al centro del estadio y levanta los brazos, saludando a toda esa multitud que trata de tocar al soldado, de abrazarlo, de transmitirle el amor que le profesa.

Y antes de que empiece el partido, antes de que el referí se lleve el silbato a la boca, hay un grito sin palabras, pero que parece significar una sola cosa, una sola cosa que apretaba en el pecho a cada bostero y no lo dejaba respirar, una sola cosa que era extraordinariamente vital para cada hincha de Boca... Y el grito parece significar
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— ¡Por fin, Boca! ¡Por fin te vuelvo a ver!


8 comentarios:

  1. IM-PRE-SIO-NANTE. con todas las letras. sos un genio bldo.

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  2. se me puso la piel de bostero..

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  3. TANTO TIEMPO ESPERANDO ESTE MOMENTO....

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  4. ablas x todos los inchas de Boca,es lo q nosotros pensamos.

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  5. Espectacular como siempre. Un orgullo que hayan bosteros como vos.

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  6. Impresionantt !!! Es verdaderament lo q sentimoss cundo vamoss al temploo y esperamoss xa ver a. esos 11 soldadoss salir al campo d batallaa !!!! Despues d unalarga esperaaaa !!!!

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  7. increible lo que es el sentimiento de los bosteros!! x eso y x muchas cosas mas somos inigualables!!
    Podran imitarnos pero igualarnos jamas!!!

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