En el año 1999, Román fue a un recital del cantautor español Joaquín Sabina. El cantante, fanático del 10 de Boca, al enterarse que estaría presente decidió darle un regalo: su sombrero.
Desde entonces, Riquelme no dejaba el sombrero de lado. Lo usaba en la concentración, en el colectivo cuando viajaba con el plantel de Boca y hasta se lo puso para posar con el equipo en la Bombonera, en un partido ante Unión que finalizó 2-0 a favor del Xeneize.
Sin embargo, Román se desilusionó cuando le dijeron que tendría que sacárselo para disputar el partido. Una linda anécdota entre el máximo ídolo de Boca y una de las figuras más destacadas de la música contemporánea.
una lastima...hubiera sido un momento historico eso ,pero la magia aun asi la tenia con o sin sombrero roman
ResponderBorrar@MI DIEZ ES RIQUELME
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