Libertad. La conseguimos, la tenemos, somos libres, expulsamos toneladas de pasiones reprimidas, hacemos que viva un corazón desgastado, pisado, gris, coloreamos las venas de ciudades olvidadas, pintamos el cielo que escupe lluvias y repliega tormentas. Respiramos el oxígeno por el que otros pagan, adictos a la locura que no es ilegal, drogadictos de Boca Juniors, la aspiramos a diario, la palpamos en nuestro pecho, nos embriagamos con su imagen. Qué locura todo, qué hermosura es esto. Y las ratas quieren hacerse con las sobras, masticándonos, pero no pueden, porque somos muy grandes, porque estamos más allá de todo, más allá de cualquier cosa que se haya establecido con antelación, más allá de propósitos sucios y mafiosos que manchan historias conmovedoras. Porque Boca conmueve, porque Boca despliega lo que somos, lo que nos compone, Boca es eso que nos hace falta, y lo que nos hace falta es todo, porque el sentido escapa, porque el motivo es incógnita y porque el misterio es rutina. Qué somos, por qué somos, qué seremos. Preguntas gigantes, respuestas de hombros encogidos y ceños fruncidos, divagaciones, eufemismos, nada. Nada es lo que se entiende, nada es lo que se vive. Por eso somos únicos, por eso somos odiados. Tenemos algo por el qué vivir, tenemos un motor que nos lleva adelante, siempre, en las tormentas más grises y en los océanos más profundos. No caemos nunca, la cabeza atraviesa el mar, respiramos profundo, besamos el aire, acariciamos el cielo. Boca, Boca, Boca, cómo te amo, Boca querido, qué bien me hacés, cuánto te necesito, cuánto me das, y gracias, y gracias por tanto, vos sabés que las piedras que tiran no serán capaces de derrumbarte, porque sos gigante, porque sos el templo más magnífico, porque sos la nación más gloriosa, hacedor de felicidades, de vidas, conquistador de latidos, lágrimas, sonrisas, heredero de la eternidad, gloria sos, gloria serás, y siempre iremos de la mano, Boca y el pueblo, el pueblo y Boca, porque somos uno, porque somos una sola canción, una sola pelota que se estrella contra la red y que hace emerger la locura. Necesidad insaciable, lujuria irrefrenable. Que ellos sigan tratando de tirarte abajo, que nosotros te sostenemos. Que vos nos sostenés a nosotros. Que traten, que traten, que traten... Ningún tipo de traje en un escritorio, ninguna firma, ninguna mafia, ningún hincha de Huracán... Nada podrá quebrantar lo que vos y yo tenemos, eso que se agita en la Bombonera con las miles de manos bailando vals, cuando la pelota rueda en el césped, eso que se escupe con cada grito que apuñala el aire en un solo himno inmortal. Dale Bo. Y siempre dale.
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Se te extrañaba, Locura. Gracias por volver! :)
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