En una idea de Adidas para promocionarse en el año 2006, Román jugó un picadito contra el crack brasileño Kaká. El equipo del ídolo de Boca se conformó por su hermano Cristian y otros que fue seleccionando al azar.
Para elegir a quiénes disputarían el partido amistoso junto a él, Román sentenció que serían aquellos que lograsen pegarle a la cara de un hombre pintado en una pared.
Con el equipo ya integrado, Riquelme se enfrentó a Kaká y sus amigos y, a pesar de que el argentino hizo gala de su talento en el modesto campo de juego, cayó por 1-0.
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