22 jul 2013

EL BOSTERISMO

Hay cosas que nadie siente, pero que muchos conllevan en sí, que lo llevan en el corazón. No lo sienten: lo viven. Es diferente, porque un sentimiento vulgar, como el odio, el amor, la envidia o la admiración, son sentimientos vulgares que no se acercan ni un ápice a lo que un bostero siente por sus colores y por su club. Quizá el sentimiento más similar sea el amor, pero ni siquiera, porque un enamorado siempre dice amar, y termina odiando; un enamorado siempre promete, y pocas veces cumple; un enamorado se enamoró de muchas. Pero el bostero, cuando siente esto... esto que vamos a llamar bosterismo para darle un término que podamos utilizar... cuando un bostero siente su bosterismo, todo desaparece. Ya no hay razón ni motivo por el cual no pueda ir a la cancha, porque no importa la plata, la distancia o el bienestar. El bostero que vive lejos de la Bombonera siempre se guardó una decepción dentro suyo, porque el corazón quiere estar latiendo junto a sus otros hermanos, latiendo al son del sentimiento bostero. Pero se conforma con ver el partido de su amor en la pantalla del televisor, y no hay nada que te lo pueda impedir, si hace falta te vas a la cafetería, a un bar o a cualquier lugar donde poder ver el partido.

El enamorado vulgar nunca sintió hacia su amor un sentimiento similar al que siente siempre el enamorado bostero por su Boca. Es muy diferente, realmente, porque un bostero nunca va a poner en duda su fe por Boca, ni por los colores. No le importa el resultado, solo quiere ver a su amor, quiere alentarlo, quiere unir su garganta a la del resto de la mitad más uno del país, quiere gritar, quiere volverse loco, quiere profesar todo el amor que se cierra en su pecho en la cancha, y hacérselo llegar a su Boca.
El amor por Boca no se explica; las palabras son solo tinta y aire, no sirven de nada; no te sirven para explicar el éxtasis que explota en tu pecho cuando tu Boca mete un gol, ni para explicar lo que se siente estar enterrado en toda esa multitud que lleva en su pecho los colores azules y amarillos, que grita con vos y que aplaude, que alienta, que late y hace latir el estadio. Es indescriptible. El amor por Boca no se entiende, ni siquiera el bostero lo puede entender, porque siendo seres terrenales, estar en la Bombonera, o estar fuera de ella pero aún así viendo el partido, apretar los dedos haciendo un puño y mordiéndote las uñas mientras te meces en la silla, comprimiendo los saltos y los gritos que harías si estuvieses dentro de la cancha... que te giren los ojos como loco, estar rodeado por tus hermanos de sentimiento y sonreírse uno con otro, gritarse uno al otro, llamarse hermano, porque son hermanos, no de sangre, sino de sentimiento; trepar el alambrado y desea con todas tus ganas besar los colores que llevan en el pecho los jugadores; saltar junto a la Bombonera, o que la Bombonera salte junto a vos... toda esta locura que produce el bosterismo no se entiende. Y no se va a entender nunca.
El amor por Boca se vive. En la cancha, fuera de ella, siempre. Siempre se vive el bosterismo, siempre, fiel a los colores y a una promesa que la vida te hace proferir. Estar apegado a los colores como si fuese el chupete de un bebé, el grito de un loco, el agua de la lluvia, el calor del fuego, o la felicidad de la sonrisa. Se siente cuando dejás todo, te olvidás de tus problemas, y vas a la cancha con el único propósito de alentar: porque no importa nada más. Tu vida es Boca y lo que pase después no te importa, al menos cuando llega el momento. Solo importa saltar, gritar y alentar; solo para eso existís. Cuando tu corazón deje de latir, cuando tus ojos miren sin ver, y cuando te quedes inmóvil para siempre, tu alma se va a ir a donde perteneció tu corazón cuando estabas vivo: a la Bombonera. Y tu alma habitará allí, esperará a que Boca juegue, gritará junto a todas las voces aunque no tenga boca, llorará sin lágrimas y será feliz sin sonreír. Porque todo eso no tiene importancia cuando sos bostero. Solo te importa Boca. Tu bosterismo te lo pide a gritos, y vos gritarás a lo que tu bosterismo pide.

Hay amores que mueren, que nacen y que viven. Pero no hay ningún amor como el que siente el bostero por su Boca. El amor por Boca nunca muere, y siempre estuvo con vos, antes de que nacieras, vos ya estabas predestinado a llevar esa locura dentro tuyo.
Ese es el verdadero amor; ese amor que sentís por tu locura. Por tu Locura Bostera.


8 comentarios:

  1. es terrible tu nota. la verdad un grosso

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  2. sos un genio danny,segui asi.

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  3. me encanta este blog me encanta esta nota :D

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  4. disculpen, creo que se me metio algo en el ojo..

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  5. fffffffaaaaa... tremendoo

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  6. que genio:D nunca habia leido algo asi c:

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  7. Me emocionaste, me hiciste llorar, loco!! Eso es lo que siento, tal cual y perfectamente lo describis!!! Vamos Boca, carajo!!! Y viva el Bosterismo!!!

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