El festejo
La pelota le quedó, en un momento dado, y la mandó a guardar de una volea formidable. Sus compañeros fueron a abrazarlo y a festejar el gol con él; sin embargo, Román se dirigió con tranquilidad hacia las plateas.¿A dónde fue? A dedicárselo a un plateísta, un joven que celebraba el gol junto a los demás. "¡Gritá el gol ahora!", le dijo Román, señalándolo. El chico quedó deslumbrado.
Al terminar el partido, los periodistas se abalanzaron encima del 10 de Boca y le preguntaron por qué la dedicación a aquel muchacho que no conocía. "No, no pasa nada. Estaba un poco nervioso él. Era un chico, tenía 14 años. Me venía insultando, venía insultando al equipo, y nada, le dije que gritara el gol ahora".
Y sí: Román había tapado otra boca dentro de la cancha.
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