"Espero que la pelota me haga caso. Cuando la tratás bien, hace caso".
"Para algunos seré bueno, más o menos, un burro o un pecho frío, pero soy Riquelme gracias a Boca".
"Yo amo a este club. Cuando me pongo la camiseta de Boca no me pongo cualquier camiseta, me pongo mi camiseta".
"El 10 es sólo un número. No me miro la espalda cuando juego".
"La Bombonera es como el jardín de mi casa, no puedo jugar en otro lado".
"Los muchachos de atrás del arco hacen su trabajo, como corresponde. A los que cantan por mí les pegan porque yo nunca les pagué y no me quieren. Me alegra que sea así".
"Me pone feliz que hablen mal de mí, así mis compañeros viven en paz".
"Habrás visto que últimamente tengo la costumbre de, cuando voy a patear un penal o un córner, antes agarro la pelota con las dos manos y le doy un beso. Mi hermano me preguntó por qué lo hago, a lo que le dije: 'Porque cada vez la tratamos peor'".
"La cosa está difícil para el entrenador y para los jugadores. Hoy si al club le va muy mal el entrenador se va, si al club le va muy mal los jugadores pueden firmar un contrato de cuatro años y a los seis meses se van, al entrenador le pasa lo mismo. Pero si al dirigente le va muy mal está los cuatro años, es el único que aguanta".
"Lo del líder positivo o negativo es todo mentira. El que le da bola a la prensa es líder positivo, y el que no le da bola a la prensa es negativo. Y el que juega bien, juega bien y nada más".
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