17 jul 2013

Banderas blancas y negras

Todo el mundo conoce la amplia historia sublime e intacta de manchas de Boca Juniors; por esto último, es que muchos envidian, le guardan codicia, algunos, los más nobles, admiración y resentimiento. Buscan traspiés en el Gigante, quieren tirarlo, quieren hacer que caiga a la altura de los demás. Le ponen trabas, pero ninguna es lo suficientemente grande para hacer caer al gigante.
Hoy Locura Bostera va a desmentir unas de las tantas artimañas mafiosas del anti-boquismo: el supuesto abandono y la bandera negra.
En esto hay una mentira: el abandono. La bandera negra fue cierto, sería absurdo negarlo; pero lo que más perturba es el hecho de que, seguido a esa bandera negra, en ese mismo partido, los hinchas de Boca abandonan y dejan a su equipo jugando solo.
Esto es mentira.
Los hinchas de Boca, más enojados que decepcionados, colgaron un trapo negro con sorna negra, un trapo con la siguiente inscripción sarcásticamente maliciosa: Gracias x el campeonato. Fue curioso que un puñado de hinchas tengan tan poco sentido común para colgar ese trapo; porque, a diferencia de lo que dicen la agencia anti-Boca, la hinchada de Boca no colgó un trapo negro, ni tampoco lo desplegó; ese trapo fue estirado por un puñado de pibes, resentidos sin duda, plateístas y poco hinchas.
Esta es la imágen con la cual el anti-boquismo tira cuchillos a los pies del Gigante Boca.

 

Sin embargo, esta prueba contundente ignora una cosa: que esta imágen, así como las demás, fueron tomadas antes de que empezara el partido; esta foto fue de una hora y media antes. Como se puede entender, uno no lleva un trapo y lo cuelga en la mitad del partido, sino que la cuelga cuando llega a la cancha. Se ve que estos tipos fueron mucho antes de que empezara el partido, quizá solo fueron a descargar su bronca, dejar el trapo e irse. Pero la realidad es que la hinchada de Boca no abandonó ese día, como bien lo comprobó La Passucci en su nota La bandera negra: verdades y traumas.
Si ingresan a la nota que nuestros amigos de La Passucci tuvieron el tiempo de realizar, podrán informarse detalle por detalle el minuto a minuto del partido, y podrán notar que en ningún momento la hinchada de Boca abandonó la cancha, si bien es cierto que la bandera negre custodió el partido.
Una imágen que esté en lo cierto y que no se ensucie de mentiras lustradas podría ser esta:


En esta imágen podemos apreciar la bandera negra, pero naturalmente ningún abandono.

Así que, ya saben, no se dejen engañar por las mentiras endulzadas con la intención de que tenga más aspecto de verdad. Seguramente, al desmentir este incierto abandono, muchos anti-Boca saltarán con ese comentario ya escuchado innumerables veces: ah, pero bien que con Ferro sí abandonaste. Nosotros, a este comentario, podríamos responderlo con hechos y traumas emplumadas.



Volviendo al tema de la bandera negra. Boca, en sus 108 años sin descenso, colgó solo una bandera negra, sin ningún insulto, solo con un comentario... malicioso.
Sin embargo, parece que los hinchas de River se sorprenden por el color del trapo: negro. Será por eso que todas las banderas que ellos colgaron fueron blancas, y no negras?



Estas fueron algunas de las banderas blancas que colgó la hinchada de River en su historia descendida. No creo que el color tenga algo que ver, aunque estuve viendo que recientemente muchos hinchas de River sienten fobia por los negros, por los bolivianos y por los paraguayos. Quizá sean fóbicos, y eso justificaría su perturbación con la bandera negra de Boca... porque, si no, no encuentro justificación para que, habiendo colgado todos esos trapos en donde insultaban de forma directa a los jugadores y al equipo, tengan el descaro de reprochar algo... y más, de mentir.

Además, no olvidemos que esos mismos hipócritas que se burlan de una bandera negra fueron los mismos que entraron a la cancha, le pegaron a un jugador, que fueron retados por su técnico para que dejen de cantar su tradicional himno Jugadores, la concha de su madre..., esos mismos que rompieron su estadio, que le tiraron piedras a sus jugadores, maíz, pañales, que rompieron Núñez, que prendieron fuego su barrio...

Porque no queda duda de que, a pesar de los puntapié que le den al Gigante Boca, de las mentiras que le tiren y de los palos que le den, es imposible derribar a un Gigante... más si sos chiquito...

Recomendación: chiquitos, papá es grande, papá no cae nunca, y cuando lo hace, siempre se va a levantar, más grande.

"BIANCHI ME QUEMÓ"


El ex jugador Xeneize, Christian Cellay, al entender que Carlos Bianchi no lo iba a tener en cuenta rescindió su contrato con el Xeneize, y despotricó: "Me trataron de boludo. El entrenador me dijo que no iba a contar conmigo. No confió en mí, lo hablamos y quedó ahí". El jugador había venido en el 2010 y le quedaba un año de contrato, pero cuando el entrenador le confesó que no lo iba a tener en cuenta, se fue del club. Enfadado, se defendió: "No tuve margen de error. Jugaba en una posición que no era mía. Parecen que creen que uno es boludo, que sabiendo que juega en ese puesto lo pone en otro lugar. No me dieron la confianza de ponerme de central, mi ubicación. Contra Toluca, Bianchi me quemó", dijo encolerizado el central. Pero no se conformó con tirarle palos al técnico más ganador de Boca Juniors; también habló sobre Riquelme: "Riquelme no habla con los juveniles como él dice, es un lider diferente a Verón. Sebastián es positivo; Riquelme, no. Sebastián quiere mucho al club y es el primero en todo. Había pensado otra cosa de Boca, con todas las cosas que dicen. No me sentí respetado por dirigentes, cuerpo técnico y algunos compañeros". Cuando le preguntaron por su futuro, su respuesta fue más tranquila: "Me llegaron ofertas de Banfield, pero no quiero apurar las cosas".

SE VA CONSTRUYENDO EL BOCA DE BIANCHI


Cuando Falcioni se fue, luego de haber sido criticado y expulsado por todos los hinchas de Boca al cantar por su ídolo, el tema inmediato que surgió fue: ¿quién iba a ser el técnico de Boca?
El deseo de todos los hinchas de Boca era el mismo: que el nuevo DT sea Carlos Bianchi. Pero él, hacia unas semanas, había dicho que estaba durmiendo una linda siesta, de la cual no se quería despertar. Pero el hincha de Boca, aun así, se mantenía firme en su deseo.
Y, a fin de año, el DT más querido de Boca Juniors volvió a donde pertenecía: volvió a Boca. El hincha estaba feliz, radiante. No se le ocurría qué más podía pasarle; Carlos Bianchi había vuelto.
Y, sin embargo, cuando uno cree que no te puede pasar nada mejor, siempre hay otra flor que crece en tu jardín. Tras tantas vueltas, sonrisas y muecas, Riquelme decidió volver. Volvía a su Boca con su técnico. Aunque el hincha de Boca dudaba qué era lo que sentía con especificación con respecto a su ídolo, ya que hay quien dice que las vueltas que dio para volver fueron las vueltas que le dio a Boca, y con Boca no se jode, en una cosa todos coincidían: ver a Riquelme y a Bianchi en un mismo equipo, y más si ese equipo se trata de Boca, era algo magnífico. Y se relamían de felicidad.
Sin embargo, a Bianchi le habían encajado de sopetón un equipo mediocre, con jugadores de jerarquía, sí, pero con la idealidad de defender, de jugar al fútbol de equipo chico, y no conocían la forma de jugar de Bianchi. El Virrey intentó establecer conexión con su plantel, que bien sabía que no era su plantel, sino el plantel del técnico anterior; pero era como hacer que el agua no moje. No pudo cambiar el fútbol del anti-fútbol.
Cuando terminó esta triste temporada, que lo único que se puede destacar fue el descanso del hincha de Boca al hincha de River, temporada donde quedamos penúltimos, quedamos eliminados en Octavos de la Copa Argentina y en Cuartos de la Libertadores, Bianchi le dio a sus jugadores unas semanas de vacaciones. Pero iba agendando mentalmente los nombres que iba a limpiar.
Y así lo hizo nomás: Somoza, Erviti, Silva, Albín, Cellay, Rodríguez, Acosta, Viatri, etc, abandonaron el club y se fueron por otro sendero. Lo curioso es que la mayoría de esos jugadores fueron llamados por Falcioni. Aunque, pensándolo bien, no es muy curioso. Porque Bianchi quiere jugar fútbol, no se esconde detrás de la mediocridad, no se cuelga del travesaño y juega a los pelotazos. Hay que hacer memoria y recordar la Intercontinental 2000, el Apertura 1998, cuando Boca jugaba fútbol, cuando Boca dejaba cuerpo y alma por la pelota y, al momento de jugar, no pensaba en la plata, sino en el objetivo: ganar el partido.
Y reforzó atrás, el mediocampo y la delantera. Trajo a Trípodi para ocupar el lugar de Ustari, que, por su jerarquía, no aguantó más estar en el banco. Trajo al Cata Díaz, para que, seguramente, ocupe el lugar de un titubeante Burdisso, y que haga dupla con Caruzzo. Insúa, a préstamo en Godoy Cruz, le viene de maravilla, teniendo en cuenta de que se fue Rodríguez; además, el lateral demostró que puede pelear el puesto y quedarse con él. En el mediocampo tiene como cara nueva a Jesús Méndez, que estaba a préstamo en Central, donde jugó una muy buena campaña; Méndez ya estuvo en Boca, y si bien no rindió como uno esperaba, su fútbol cambió en su estancia en Central; por esto, además de que el jugador haya dicho que se quería quedar en Boca para hacer revancha, se esperan cosas del mediocampista. Arriba vinieron Riaño, Cángele y Gigliotti. Un rápido y dos jugadorazos que pueden pelear el puesto naturalmente. El rápido es Cángele, desbordante, así como en el 2003. De él se recuerda, sobre todo, su asistencia al Tévez que post a eso hizo la gallineada atroz. Por otro lado está Riaño, el ex-San Martín SJ; también se esperan grandes cosas del jugador, ya que tiene jerarquía y promete goles. Y por otro lado está el Animal Gigliotti, ex-Colón. También, un jugador de jerarquía formidable, goleador; tiene muchas características de un delantero de Boca, ya que pelea por la pelota y define con un toque de sublime.

Varios jugadores se fueron de Boca. Varios jugadores vinieron a él. Hoy podemos soñar, imaginarnos, solo el tiempo dirá cómo se darán las cosas... Pero de algo no cabe duda: Bianchi está re-construyendo un Boca. Bianchi está re-construyendo su Boca.

ESTÁN CERCA...


Emmanuel Gigliotti: tras tantas trabas y preguntas, el ex-Colón estuvo en Casa Amarilla y firmó su contrato para ser jugador oficial de Boca. Pronto hará la pretemporada con sus nuevos compañeros. Bianchi sonríe: había contado con tener al Animal.
El "Cata" Díaz: llegó al país por la mañana y, ahí nomás, dijo que vino a Boca porque "Boca tiene que ganar más títulos y clasificar a la Libertadores. Las presiones son positivas, porque nadie te presiona, ningún hincha, pero sabés que tenés que ganar porque el hincha de Boca así lo ve natural. Es algo único que solo tiene este club. Mi intención es devolverle la confianza a Bianchi".
Emanuel Trípodi: llegó el suplente de Orión. Boca sumó a un nuevo arquero, ex-Quilmes, quien se recuerda por su fama de meter un gol en Independiente desde el área.

Boca se reforzó en el arco, atrás y adelante. Falta que se complete la novela de Gago, así el Boca de Bianchi completaría y se reforzaría también en el medio, tras la salida de Erviti.
Con la vuelta de Méndez e Insúa, la llegada de Cángele y Riaño, y ahora del 'Cata', Trípodi y Gigliotti, el equipo va tomando forma, y se va construyendo un nuevo Boca... el Boca de Bianchi.